Qué suerte…

¡Qué suerte no ser una madre palestina,
ni una madre siria, ni una madre afgana,
ni una madre kurda,
ni una madre del cuerno de África !
Qué suerte no tener que sostener
la muerte de mi hijo en mis brazos…
ese pequeño cuerpo
que se ha muerto sin más,
de hambre, de sed,
desangrado,
atravesado, zas, por una bala!
¡Qué suerte no tener que abrazar a mi hijo muerto
mientras mis ojos se resecan, lentamente,
de dolor, de impotencia,
de rabia contenida!
¡Qué suerte no tener que sortear cada día
el rostro enjuto y oscuro de la Parca,
y regalarle, esconderle, ocultarle
los rostros malditos de mis hijos,
que han nacido donde nada importan,
donde nada valen, donde nada son…!
Qué suerte, me repito cada día, qué suerte,
mientras mis hijos, tranquilos, duermen su infancia merecida.

Marisa Peña.
Poema publicado en el libro colectivo “ Indignhadas “
de Unaria Ediciones
Gracias, Raquel.

Ni siquiera puedo gritar

LLoro con amargura, rabia e impotencia todos los días.

El sistema actual ha lanzado a mi hija a la mar, sabiendo que no sabe nadar y que se va a ahogar, me ata de pies y manos para que no la pueda salvar.

Ni siquiera puedo gritar.

¡Esta NO es la educación que quiero!.

Imagen de Paula Verde ; “Mi mirada te hace grande”

Teresa Rodríguez ( Madre con todos los deberes y obligaciones pero SIN derecho a una educación de calidad e inclusiva para su hija, en el que el sistema la obliga a permanecer y la aboca a fracasar)

Principito rubio, que mandas en el mundo

Hay universos que están al alcance de muy pocos.

Hay universos en los que uno se adentra lentamente, a través de una puerta pequeñita y atraído por una sonrisa que anula el resto de cosas de este mundo.

Y es tu universo, principito rubio, ese que descubro paso a paso, día a día, el que clarifica, orienta y engrandece el camino.

Y tú tienes la mano que abre mil puertas:
la puerta que deja en libertad al prisionero, la puerta que da al confín del mundo, la puerta que abre a nuestros ojos todas las estrellas, la puerta que se abre a toda una vida, la puerta en lo alto de la escalera que solo aparece en sueños.

Principito rubio, hay un sueño, y allá vamos!!
👴👑🧡

Clarissa Dalloway

Hay que entrar, hay que estar, hay que sentir

No consigo comprender cómo se entiende la inclusión desde la segregación. La Administración te apoya si vives a parte, juegas a parte, comes a parte, estudias a parte, en definitiva NO formas parte, pues no queremos ese apoyo y además que le busquen una “nueva palabra” al negocio de la #discapacidad, para que por favor dejen de llamarlo inclusión.

Para convivir juntos debemos estar tod@s juntos. No vale respetar la #diversidad desde la barrera, hay que entrar, hay que estar, hay que sentir.
#FelizDía #seamable 💙

Marta Cabello