A los 18 meses me dijeron que mi hija tenía autismo…
Abro hilo⬇️⬇️⬇️⬇️
A pesar de la sorpresa y el cambio total de mi vida me propuse que ella tendría que tener sus necesidades cubiertas y que yo tendría que buscar las mañas para que ella no se quedara atrás…
Hasta el infinito, como se suele decir.
Soy Auxiliar de Enfermería, en ese entonces trabajaba en la UCI de grandes quemados en un hospital. No soy profesora, yo soy madre. Tuve que formarme e informarme para poder comunicarme con ella, tuve que comprar velcro y una plastificadora para elaborar material.
Tuve que hacer todo lo que tuviera que hacer para ver sus avances. Costase lo que costase. Ese era mi deber. Proporcionarle los apoyos necesarios para una vida digna.
A los dos años me dijeron que era mejor escolarizar y que la modalidad mejor era un Aula TEA. “Es donde Lucía va a estar mejor” esas palabras resonaban en mi cabeza una y otra vez. Vamos por buen camino, ella va a estar bien.
“El propósito de las aulas TEA en la Comunidad de Madrid es tener a sus alumnos el menos rato posible, solo cuando sea muy necesario y toda la demás jornada estarán en el aula ordinaria con todos sus compañeros.” Eso me explicaron y me lo creí…
Nadie, en ningún momento de todas esas reuniones y reuniones semanales, me mencionó que las personas que escogen esa modalidad no tendrán título al terminar su etapa obligatoria. Nadie me mencionó que con las Adaptaciones Curriculares no se titula…

Y que cuando entras en un Aula TEA casi todo los alumnos las tienen. Nadie me mencionó qué pasaría si Lucía estaba más horas de su jornada en el Aula TEA. Nadie me mencionó nada, “estará mejor” eran sus palabras y me lo creí. Me creí todo.
A los dos años y medio Lucía ya estaba instalada en su Aula TEA de por vida, nunca más saldría de esa modalidad.
Pasó unos años en infantil muy buenos, una PT muy implicada, una profesora maravillosa @TereGManzaneque y dentro de sus dificultades, compartía espacio con sus iguales. Se podría decir que era una más y que tenía lo que merecía y yo había creído en esas reuniones con el equipo.
“Estará muy bien” estaba siendo verdad, todos íbamos a ayudarla, todos queríamos sus avances, todos con la cabeza puesta en ella. Profesionales y familia.
“Todo iba bien, todo iba bien, era verdad” con estas palabras me acostaba cada noche…
Lucía cumplió 6 años, iba a cumpleaños y fiestas, iba de excursiones, si todo el colegio tenía que ir vestido de verde, ella iba vestida de verde. Yo me enteraba de todo por sus profesionales. Lucía seguía sin lenguaje verbal.
En septiembre empieza primaria, vamos a un cole nuevo, con profesionales nuevos, con amigos nuevos y todo nuevo.
Mucho miedo por su reacción pero muuuuuuucha ilusión. “Seguirá bien, no hay problema” me decía. Nadie se puede imaginar la ilusión y las ganas con las que empezábamos.
Pero la ilusión poco a poco iría desapareciendo, los cumpleaños se acabaron, algunas excursiones también. Si todos tenían que ir vestidos de verde ella iba de rojo, pasaba la jornada completa en el Aula TEA…no salía de allí nada más que para patio y comer.
Era un mini colegio de Educación Especial en un gran colegio que se suponía que era para todos. Esto se suponía…
Entonces, yo pensaba que no iba bien, que tenía que hacer algo…
Pensaba que sería algo sin importancia, que sería un fallo pero que hablando con quien corresponde seguro no habría problema. Todo volvería a estar bien, seguro…
Empecé a hablar con su profesora, su respuesta era que Lucía le ponía nerviosa y que ella NO PODÍA tenerla en clase. Me dió a entender que ella hacía lo suficientemente por tenerla dentro 5 minutos al día. De 9.00 a 9.05 de la mañana. ¡Todo un triunfo!
Como ví que no tenía muchas posibilidades de convencerla, después de decirle que era su derecho y que se estaba equivocando, me fuí a dirección. No obtuve mucha respuesta, después me fui al equipo de orientación. No sabía qué hacer…
Lucía pasó primero y segundo en el Aula TEA con unas grandes profesionales pero para mí no era suficiente. Me informé y me dí cuenta que no solo era mi hija, había miles de alumnos por todo el mundo metidos en aulas aparte… Estaban expulsados de la sociedad, de la “normalidad”.
Hubo algunos meses durante esos dos cursos que volvimos a creer que todo iba bien…esta profesional se puso enferma y la nueva sustituta tenía a Lucía toda la jornada dentro.
Lucía tiene 12 años, el curso que viene hará 1° de ESO. Hemos dependido de la suerte durante estos 6 años, este sí, este no… Mi hija no se merecía eso, nadie se merece estar cerrado en un aula prácticamente solo durante tanto tiempo.
No creo en las Aulas TEA, no creo en los sitios que apartan, no creo en los colegios de Educación Especial. Yo creo en una escuela única para todos, donde NUNCA NADIE quede fuera. Un lugar en el que no se aparte, en el que no tengas que depender de la buena voluntad del profesional.
Yo quiero una #EducacionInclusivaYa, quiero que mi hija tenga las mismas oportunidades que mi hijo que no tiene autismo. Quiero que vaya a un cumpleaños, que lo pide todos los días, y quiero que en los recreos no esté sola.
La única manera que hay para que esto ocurra es que ella pase la jornada con TODOS los demás. De las diferencias se aprende, convivir con ellas es la mejor forma de hacer una sociedad justa y reconocer el valor de TODAS las PERSONAS.
Señora, Ministra @CelaaIsabel, necesitamos que nos escuche, necesitamos que esto no vuelva a ocurrir más. Usted puede hacerlo y yo confío en que sea posible.
Necesitamos que todo vuelva a “estar bien’ y dormir sabiendo que lo que hacemos es lo correcto.
Hace unos meses, en una de las conversaciones que hizo Nacho Calderón @icalmendros, mi hijo, tres años menor que Lucía, decía que para él la escuela era buena pero que para su hermana no tanto…
En el minuto 8 de este vídeo se puede ver.
-¿Cómo es tu escuela?
-Para mí es buena, pero para mi hermana no tanto. Está siempre sola…
Imprescindible la #EducacionInclusivaYa, señora @CelaaIsabel
Muchas gracias
Hilo en Twitter de Belén Jurado @DeAutismo