
Y después de 15 días viendo a Indira relacionarse y disfrutar con sus iguales, me pregunto si no es la escuela la que en su afán por clasificar, etiquetar y homogeneizar quién genera las barreras que provocan que Indira( y tantos otros niños y niñas que no ” encajan” en la norma) tengan dificultades para la relación puertas adentro del colegio.

Y la respuesta la tengo clara. Y me entristece, mucho.
Y me da mucho que pensar. Y me duele que sea precisamente en la escuela, que debería ser un entorno socializador y en el que se fomente la relación entre iguales, sea el espacio en el que Indira( y tantos otros niños y niñas que no ” encajan” en la norma) más excluida está.
Y esto es así porque precisamente en la escuela se normalizan las situaciones de exclusión. Indira, lleva años sin relacionarse con ningún niñ@ de su grupo clase en los patios, ningún día. Y cuando he puesto este asunto sobre la mesa, las respuestas que he recibido han sido siempre en la misma línea, justificando la exclusión: ” el patio es un momento para el juego libre” ” tienen intereses muy diferentes” ” no podemos obligar”….
La exclusión, no se puede ni se debe justificar, nunca.
Quizás, los modelos que ven el resto de niños y niñas en la escuela, sean precisamente los que provocan que determinadas personas no sean considerados como iguales. Y para que se entienda, enumeraré alguna de las situaciones vividas en la escuela:
– En los primeros cursos, la única extraescolar a la que podía acceder Indira era ” multideporte adaptado” , es decir, una extraescolar segregada y específica para niños y niñas con diversidad funcional. Por supuesto nunca participó y fue una lucha dura conseguir que pudiera participar en una extraescolar de teatro( el primer año fue devuelta al comedor porque ” esta niña no puede”, extremo del que me di por enterada cuando llamé para interesarme)
– En el comedor escolar, los niños con diversidad funcional comían en grupo, y después de comer les llevaban al aula estable mientras el resto de niños y niñas jugaban en el patio. Al orientador que nos tocó en suerte en aquel momento le parecía una ” locura” que Indira comiera y jugara con los niños y niñas de su grupo clase. Después de una dura lucha, la ” locura” se hizo realidad, ” bajo mi responsabilidad”
_ En primero de primaria, los grupos de aprendizaje cooperativo se organizaban de la siguiente manera: varios grupos de cinco niños, y un grupo de tres( el grupo de los niños ” con diversidad funcional”)
_ Día de sensibilización, al que yo llamaba ” el día de la galleta”.Los niños y niñas con diversidad funcional hacían un tour por las clases de primaria y repartían galletas. Así sus compañeros podían ver lo diferentes que eran y que ” había que quererles”. Sobra decir que esta actividad me horrorizaba, hasta el punto en que un año me negué a que Indira participara en semejante acto.
_ Durante varios cursos, los niños y niñas con diversidad funcional ” decidían” juntarse en los patios en el foso del colegio, mientras un par de auxiliares vigilaban desde arriba.
_ En las excursiones, cuando los niños con diversidad funcional eran impares, surgían los problemas. ” Ama, mañana no tengo pareja para ir en el autobús”. Solución: emparejarla con otra niña con diversidad funcional de otra clase en la que también eran impares y por lo tanto también sobraba…Y podría seguir hasta el infinito. ¿ No serán este tipo de actitudes las que fomentan que no sean vistos por sus compañeros como iguales? Como a personas de pleno derecho.
Me parece mal que después de hacer todo esto y muchas otras cosas más, se refleje en un informe que una persona que ha sido ” marginada” tiene dificultades en las habilidades sociales en el patio, en clase y en grupo heterogéneo. Grupo heterogéneo….con todo lo que ha hecho la escuela por homogeneizar.Y ahora viene la parte bonita. La parte que veo todos los veranos y siempre que Indira tiene la OPORTUNIDAD de relacionarse con otros niños y niñas. La parte que me hace ver que todos esos cuentos que me cuentan son falsos.
Indira ha disfrutado muchísimo jugando y compartiendo con otros niños y niñas. De todas las edades, con personalidades muy diferentes, muy heterogéneos ( jeje)
Con Ania, siempre tan cariñosa y motivando a Indira continuamente.
Con Irati, que le ha enseñado a coger quisquillas y calamarros.
Con Aiyana, pura energía, vaya dos.
Con Uxue, que a pesar de compartir aula con Indira desde los tres años ha sido en Noja donde le ha podido ver como realmente es( “que diferente es Indira aquí y en el cole. Allí casi no habla)
Con Adrián
Con Ane, con la que siempre ha conectado genial
Con Darío, el chico guapo que luchaba contra las olas( “‘mira aitite que niño más guapo”)
Con Victoria, con Eneritz, con Eider, con Ekain , con Unai….. y con tantos niños y niñas más, que no conozco sus nombres. Con tantos como OPORTUNIDADES ha tenido…

¿Qué está pasando para que esto no sea posible en la escuela?
Pongamos el foco donde corresponde por favor.
La exclusión, la marginación y la discriminación no tienen justificación. Nunca. Jamás.
Noemi Preciado Zufiaur, mamá de Indira