Para todos y todas

Y ahora que se habla tanto del derecho a la educación como derecho fundamental, ojalá sirva para que se garantice de una vez. Y no sirva solo para amenazar con protocolos de absentismo. La mera presencia en el centro educativo no garantiza el cumplimiento del derecho, de hecho hay una reciente condena del Comité de la ONU que pone de manifiesto que se vulnera de forma sistemática el derecho a la educación de las personas con discapacidad.
Cuantas personas sentenciadas académica, laboral y socialmente precisamente porque se vulnera su derecho a la educación.
El propio sistema vulnerando derechos, administraciones que incumplen, condenas de la ONU. Y aquí no ha pasado nada….
Animo a todo aquel responsable que amenace con protocolos de absentismo, que cumplan con su deber y que cuando un niño o niña esté segregado, discriminado o pegando papelitos y pintando en aula ordinaria o calentando silla( y sufriendo) , recuerden a quien corresponda que el derecho a la educación es un derecho fundamental, y que es obligatoria de los 6 a los 16 años.
El derecho a la educación no se garantiza simplemente acudiendo los menores a un centro educativo, es un hecho que no se hace.
Las familias de los menores cuyo derecho se vulnera sistemáticamente tenemos claro que el derecho a la educación es un derecho fundamental. Y lo reivindicamos, denunciamos su incumplimiento y lo pedimos a gritos.
A ver si en este momento que a los políticos se les llena la boca y nos recuerdan que la educación es un derecho fundamental y que es obligatoria, implementan las medidas para que este derecho sea real y efectivo para todos y todas.
Ojalá.

#DiCapacidad
#art24CDPD
#derechosnofavores

Noemi Preciado Zufiaur

La peor barrera está aquí dentro

Numerosos trabajos científicos han demostrado que a los alumnos no verbales (sin habla) se les ofrecen menos posibilidades de aprender a leer y a escribir que a sus compañeros (Koppenhaver et al. 1991, Ruppar 2015).

En 2006, Gretchen Hanser acuñó el término lápices alternativos (“Alternative Pencils”) para cualquier objeto o material que permitiera a un alumno escribir las letras del alfabeto y aprenderlas. En este modelo el alumno NO tiene que demostrar primero que puede pronunciarlas.

Escribir una letra sin lápiz significa escogerla o señalarla. Son válidos los tableros con el abecedario, los teclados qwerty, las letras magnéticas, etc. Se elige el lápiz alternativo cuyo acceso requiere el menor esfuerzo, para concentrarnos en la función de la escritura.

Puede ser necesario un barrido con el dedo, auditivo o ambos. Cuando el alumno señala varias letras, en lugar de corregir, se juega y experimenta con sonidos extraños, hasta ir atribuyendo significado y contexto (Erickson y Clendon 2009).

A pesar de que estos materiales son muy antiguos, se consideran actividades, en vez de un camino planificado para una alternativa q podrá ser definitiva (un #SAAC). Los lápices alternativos no cambian la naturaleza y objetivo de actividades que hacemos con los demás alumnos.

Paciencia: Las tareas mecánicas de caligrafía se trasladan, escribir 20 veces una “a” en el cuaderno equivaldría a sacar 20 veces una a de un cubo o a teclearla 20 veces en un teclado qwerty. Este punto es importante para no caer en el error de intentar que un alumno que no puede usar un lápiz reconozca las letras en un teclado incluso antes que su compañero domine la caligrafía (¡o no esperamos nada de ellos, o esperamos demasiado!).

Esto no quiere decir que el copiar y trazar de forma mecánica (o equivalente) sea el camino, sino que el aprendizaje de la escritura sobre un teclado o lápiz alternativo requiere la misma construcción activa y esfuerzo mental que con el lápiz convencional.

Teclados virtuales en portátiles y tabletas permiten hoy día la retroalimentación auditiva independiente. Y se puede acceder al teclado en pantalla de forma táctil o con cualquier resto de movilidad, incluso con los ojos. Hay teclados no qwerty también. ¿Por qué no usarlos?

Parece que en la mente colectiva está aún que los niños pequeños no deben usar tabletas, que solo sirven para jugar o distraer. También nos cuesta verlas como comunicadores, a pesar de que no hay evidencia científica de que haya que “pasar por el papel” antes de usar una tablet.

Blogs y ejemplos para inicio de la lectoescritura hay muchos y buenos. Aplicaciones y software para todos los tamaños y sistemas operativos también @orientandujar @AngelaMarchan @loliolmos @IrisMaestraPT @NubecitasdeS #DictaPicto #Grid3 #Proloquo2go #talkAACtive

Conclusión: Las tabletas, además de software de comunicación con pictos, son lápices alternativos, y como tales tienen que entrar en el aula. Son el medio para acceder a la lectoescritura y al currículo, pero hay que adaptar. El equipo y el claustro deben querer hacerlo.

Hilo en Twitter de Ana Medina Reguera @AnaMedinaUpo

Reflexiones desde la orientación educativa

Soy maestra de Educación Especial y psicopedagoga. Siempre he creído en la educación como agente de cambio y en una escuela donde el niño/a esté en el centro. Desarrollé mi trabajo durante más de 10 años en un centro de Educación Especial con un enfoque ético y pedagógico muy claro: calidad de vida, enfoque centrada en la persona y en la familia. Estaba convencida que era el mejor modelo educativo para mis alumnos/as y así me lo hacían ver las familias. El destino quiso para mí que emprendiera un nuevo camino: la orientación educativa en la escuela ordinaria. Encontré una escuela con muchas barreras para la inclusión, sobre todo actitudinales, lo que conllevaba, en ocasiones, sufrimiento para algunas familias y no las mejores condiciones para el desarrollo de algunos/as niños/as. Como orientadora, llevando mi propia mochila de experiencias previas, se me plantearon grandes dilemas: proponer cambio de tipo de centro o luchar contra viento y marea para que ese alumnado tuviera las mismas oportunidades en su colegio. Pensé que no era justo para esas familias y esos/as niños/as abanderar ese cambio y tomé decisiones: propuse el cambio a centro de Educación Especial para algún alumno/a, siempre con el acuerdo de la familia. Lo hice pensando que era lo mejor y la única forma de asegurar sus derechos… pero ahora sé que me equivoqué. NO PODEMOS VELAR POR SUS DERECHOS VULNERANDO UNO DE LOS MÁS FUNDAMENTALES: LA EDUCACIÓN INCLUSIVA. La inclusión es un derecho, y es importante verlo desde esa perspectiva porque nos ubica en un innegociable: “es nuestro/a alumno/a y vamos a hacer lo que sea necesario para que esté, aprenda y participe con sus iguales y en su cole ”.
En este enfoque de derechos ya no cabe pensar en otra “ubicación escolar”. Este enfoque nos invita a replantear lo que está sucediendo en el centro (cómo es su cultura, su organización y sus prácticas) y también en el aula (cómo se están desarrollando los ajustes). La orientación educativa tiene un papel esencial en este camino, acompañando en la transformación de los centros escolares y promoviendo que la máquina de la escuela (aquella a la que se refería Tonucci) comience a funcionar de otra manera.
No se puede perpetuar un sistema segregado de educación basado en el MIEDO. Sí, digo miedo, pero también podría decir ansiedad, incertidumbre, indefensión, injusticia… sentimientos que comparten las familias de personas con diversidad funcional cuando piensan que la escuela ordinaria no atiende ni entiende las peculiaridades de sus hijos e hijas y que por lo tanto la Educación Especial es el único itinerario que “garantiza” su progreso y bienestar. No es ético promover ese discurso.
Seguiré trabajando, de la mano de muchos/as compañeros/as y también de muchas familias que creen y desean una escuela para todos y todas. Ello implica transformar la escuela ordinaria, pero sin duda, también la especial.

#EducacionInclusivaYa

Carmen López Donoso

La exclusión, la marginación y la discriminación no tienen justificación. Nunca. Jamás.

Y después de 15 días viendo a Indira relacionarse y disfrutar con sus iguales, me pregunto si no es la escuela la que en su afán por clasificar, etiquetar y homogeneizar quién genera las barreras que provocan que Indira( y tantos otros niños y niñas que no ” encajan” en la norma) tengan dificultades para la relación puertas adentro del colegio.

Y la respuesta la tengo clara. Y me entristece, mucho.
Y me da mucho que pensar. Y me duele que sea precisamente en la escuela, que debería ser un entorno socializador y en el que se fomente la relación entre iguales, sea el espacio en el que Indira( y tantos otros niños y niñas que no ” encajan” en la norma) más excluida está.
Y esto es así porque precisamente en la escuela se normalizan las situaciones de exclusión. Indira, lleva años sin relacionarse con ningún niñ@ de su grupo clase en los patios, ningún día. Y cuando he puesto este asunto sobre la mesa, las respuestas que he recibido han sido siempre en la misma línea, justificando la exclusión: ” el patio es un momento para el juego libre” ” tienen intereses muy diferentes” ” no podemos obligar”….

La exclusión, no se puede ni se debe justificar, nunca.
Quizás, los modelos que ven el resto de niños y niñas en la escuela, sean precisamente los que provocan que determinadas personas no sean considerados como iguales. Y para que se entienda, enumeraré alguna de las situaciones vividas en la escuela:

– En los primeros cursos, la única extraescolar a la que podía acceder Indira era ” multideporte adaptado” , es decir, una extraescolar segregada y específica para niños y niñas con diversidad funcional. Por supuesto nunca participó y fue una lucha dura conseguir que pudiera participar en una extraescolar de teatro( el primer año fue devuelta al comedor porque ” esta niña no puede”, extremo del que me di por enterada cuando llamé para interesarme)

– En el comedor escolar, los niños con diversidad funcional comían en grupo, y después de comer les llevaban al aula estable mientras el resto de niños y niñas jugaban en el patio. Al orientador que nos tocó en suerte en aquel momento le parecía una ” locura” que Indira comiera y jugara con los niños y niñas de su grupo clase. Después de una dura lucha, la ” locura” se hizo realidad, ” bajo mi responsabilidad”

_ En primero de primaria, los grupos de aprendizaje cooperativo se organizaban de la siguiente manera: varios grupos de cinco niños, y un grupo de tres( el grupo de los niños ” con diversidad funcional”)

_ Día de sensibilización, al que yo llamaba ” el día de la galleta”.Los niños y niñas con diversidad funcional hacían un tour por las clases de primaria y repartían galletas. Así sus compañeros podían ver lo diferentes que eran y que ” había que quererles”. Sobra decir que esta actividad me horrorizaba, hasta el punto en que un año me negué a que Indira participara en semejante acto.

_ Durante varios cursos, los niños y niñas con diversidad funcional ” decidían” juntarse en los patios en el foso del colegio, mientras un par de auxiliares vigilaban desde arriba.

_ En las excursiones, cuando los niños con diversidad funcional eran impares, surgían los problemas. ” Ama, mañana no tengo pareja para ir en el autobús”. Solución: emparejarla con otra niña con diversidad funcional de otra clase en la que también eran impares y por lo tanto también sobraba…Y podría seguir hasta el infinito. ¿ No serán este tipo de actitudes las que fomentan que no sean vistos por sus compañeros como iguales? Como a personas de pleno derecho.
Me parece mal que después de hacer todo esto y muchas otras cosas más, se refleje en un informe que una persona que ha sido ” marginada” tiene dificultades en las habilidades sociales en el patio, en clase y en grupo heterogéneo. Grupo heterogéneo….con todo lo que ha hecho la escuela por homogeneizar.Y ahora viene la parte bonita. La parte que veo todos los veranos y siempre que Indira tiene la OPORTUNIDAD de relacionarse con otros niños y niñas. La parte que me hace ver que todos esos cuentos que me cuentan son falsos.
Indira ha disfrutado muchísimo jugando y compartiendo con otros niños y niñas. De todas las edades, con personalidades muy diferentes, muy heterogéneos ( jeje)
Con Ania, siempre tan cariñosa y motivando a Indira continuamente.
Con Irati, que le ha enseñado a coger quisquillas y calamarros.
Con Aiyana, pura energía, vaya dos.
Con Uxue, que a pesar de compartir aula con Indira desde los tres años ha sido en Noja donde le ha podido ver como realmente es( “que diferente es Indira aquí y en el cole. Allí casi no habla)
Con Adrián
Con Ane, con la que siempre ha conectado genial
Con Darío, el chico guapo que luchaba contra las olas( “‘mira aitite que niño más guapo”)
Con Victoria, con Eneritz, con Eider, con Ekain , con Unai….. y con tantos niños y niñas más, que no conozco sus nombres. Con tantos como OPORTUNIDADES ha tenido…

¿Qué está pasando para que esto no sea posible en la escuela?
Pongamos el foco donde corresponde por favor.
La exclusión, la marginación y la discriminación no tienen justificación. Nunca. Jamás.

Noemi Preciado Zufiaur, mamá de Indira