Vulnerando los derechos de Nico

¿Llegará ese curso en el que no necesite pasarme por aquí a plasmar mi frustración, mi dolor? 😠

Como sabéis, a ❤️Nico❤️ no le permitieron asistir el curso pasado al cole. Sí, digo bien, NO LE PERMITIERON. Porque escatimar en recursos, esos recursos que le permitirían acudir al centro educativo en las mismas condiciones de seguridad que el resto de alumnos, es negarle su asistencia. Así de claro.

Es tanto lo que tendría que contar para que podáis poneros en mi piel y en la de tantas y tantas familias, pero por desgracia no hay tiempo para pararnos a leer confesiones tan largas…….así que intentaré ser breve.

Cuando ❤️Nico❤️ iba a cumplir 6 añitos y se disponía a hacer el tan temido cambio de ciclo educativo, fue “valorado” por unos “expertos – especialistas” que sólo pusieron de manifiesto lo que, según ellos, él no conseguía……. una lista de hitos súper importantes y súper necesarios a los que mi amado hijo ni se asomaba 😶 (¿sería eso o quizás la incapacidad de ell@s de ver más allá de la etiqueta que ya teníamos asignada? Me inclino más por lo segundo, claro… ) En base a esa serie de no-logros, nos sentenciaron a un cambio de modalidad escolar : escolarizado en un Aula Especifica ya que las muchas necesidades de Nico no podían ser cubiertas en un Aula Ordinaria 🤐 como por ejemplo tener a una monitora que entre otras acciones, cubra sus necesidades básicas.

Por sexto año consecutivo no tenemos esa monitora a tiempo completo en su aula. Por sexto año consecutivo he enviado las oportunas reclamaciones a la Delegación Territorial de Educación de Sevilla, de las que no espero ni respuesta, claro está.

El año pasado, ante la situación sanitaria que este año se repite, busqué ayuda en el Defensor del Menor y a día de hoy seguimos sin una respuesta de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, bueno sí, han dado 2, en las que falsean los datos y justifican la no atención a mi hijo en determinadas horas para fomentar su autonomía……..qué curioso, según ellos hay horas en las que la monitora no atiende a mi hijo para fomentar su autonomía al verse solo, cuando precisamente una de las principales funciones de una monitora es esa: ayudarles a ser cada vez más autónomos…..¿pueden ser más cínicos? ¿se puede herir más la dignidad de una persona? No querida famila, no atendemos correctamente a su hijo, pero es por su bien.

A ver si yo lo he entendido: mi hijo necesita muchos recursos y por eso no puede estar en un aula ordinaria con sus iguales. Lo escolarizan en contra de mi voluntad en un Aula Especifica, vulnerando sus derechos y una vez en ese aula no le ponen todos esos recursos, por su bien. O yo tengo alterada la comprensión lectora o a alguien, una vez más mi querido hijo, se le olvida que tú no eres más que un niño ❤️

Tú sigue adelante, mi amor, que yo te cubro 💪. Te amo, Nico.

Águeda Pérez

Caer o limpiarse la boca. Dignidad o limitación o como entendemos los cuidados.

Hace casi dos meses ocurrió algo, algo insignificante, a priori, pero que produjo en mi un efecto desmesurado, una ira y un enfado que, en principio, no parecía corresponderse con los hechos.
Me ha costado racionalizar esto mucho tiempo, un trabajo de reflexión que quiero compartir con vosotras.
Los hechos son los siguientes: recogí a Víctor del colegio, habitualmente lo hace Fidel, pero ese día me tocó a mí. Víctor me vio y echó a correr hacia mí. “No corras” le gritó una cuidadora desde lejos.
En ese momento hirvió mi sangre. ¿Cómo? ¿Qué no corra? ¿Por qué?
Tiene 16 años, corre si quiere. Nadie le dice a un joven de 16 años no corras. Uff que cabreo!!!
No dije nada en aquel momento, probablemente no lo iba a entender, al fin y al cabo, ella solo pretendía evitar una caída. A pesar de que él corre y juega a futbol en el patio y a veces se cae, como todas las personas. Quizá era eso, ella no se cae nunca, no es como yo, llena de arañazos y moratones, propios y ajenos. Pero no conseguía bajar la indignación.
Nos montamos en el coche y, al quitarse la mascarilla, Víctor traía la boca manchada de comida. Imaginaros: ¡¡#%&@*!! (luego me dijo Fidel que no era la primera vez, que ya se lo que estáis pensando)
Nos fuimos. Conduje despotricando todo el camino.
Hasta aquí los hechos, no es para tanto ¿no? Pues desde entonces, vueltas y vueltas y vueltas para poner en palabras toda la rabia que sentí ese día y averiguar el trasfondo.
Aquí va mi reflexión:
Cuidar no es limitar. Cuando tu impides a una persona que haga una cosa por temor a que se lastime o se frustre, no le cuidas, le limitas. De cruzar los límites y sus consecuencias extraemos aprendizajes, valiosos aprendizajes que nos hacen madurar y poner nuevos límites. Esto vale para correr o para cualquier otro aspecto de la vida. Lo sé, estáis pensando que es temerario lo que estoy diciendo, puede, pero en algún momento todas las personas corremos riesgos para seguir avanzando, no voy a limitar a mi hijo ni quiero que los hagan otras personas. Las heridas se curan, las limitaciones impuestas son muy difíciles de revertir, implican generar un temor en la otra persona para que no quiera traspasar el límite, es fomentar la indefensión aprendida. No quiere decir que no haya límites, que nos conocemos. Tolerancia cero a la violencia o a las faltas de respeto.
Asegurarse de que la persona a la que prestas apoyo vuelva a casa con la boca limpia sí es cuidar. Es tratar con el máximo respeto su imagen y por tanto su dignidad. Es demostrar que la otra persona te importa. Es lo que hacemos cuando una buena amiga o amigo o nuestra pareja tiene algo entre los dientes, se lo decimos para que no vea lesionada su imagen. Si somos buenas personas, hasta se lo diríamos a un extraño.
Creo que siempre es momento para reflexionar sobre los cuidados, sobre todo cuando estás cerca de personas que necesitan de tu apoyo para poder llevar a cabo ciertas tareas.
Cuidar no es decidir por la otra persona, no es imponer, es acompañar y es respetar.

(En la imagen se puede ver como César ayuda a su hermana a cruzar el río.)

Susana Fajardo