
Voy ahora en el AVE y está pasando otra vez; gente que se levanta de su asiento para hablar por teléfono en la plataforma y así no molestar al resto del vagón. Gente que se dirige hacia la plataforma entre vagones y no llega, se queda hablando al final del mío, junto al espacio reservado para sillas de ruedas donde voy yo, en mi silla de ruedas, leyendo. Ellos hablan por teléfono ahí, frente a mí, me tratan como a un bulto. Me pasa en casi cada viaje (dos a la semana), que no existo, que mi presencia marca la frontera donde ya no se molesta. Y escribo. Porque así vuelvo a existir.
Hilo en Twitter de Bob Pop @BobPopVeTV