Que dejen de ocultar sus derechos

Estos días me llega por todos lados el vídeo del tipo ese con gafas rojas que sólo echa mierda contra el gobierno y pide que todo el mundo se ponga en contra del cierre de las escuelas de educación especial.
A este señor y a todos los que piensan que es cuestión de “elección”; algo así como decidir que nuestros hijos vayan a un colegio religioso o laico o elegir el color de la camiseta por las mañanas, les diré que la educación escolar obligatoria no puede ser segregadora, que es absolutamente ilegal y que va contra el artículo 24 de la Convección de los Derechos de las personas con discapacidad, que como norma está por encima de cualquier decisión del gobierno de España y sus autonomías.
Les diré (por si no lo saben) que llevamos desde el año 2006 incumpliendo un derecho fundamental y dejando que algunos orientadores decidan quién es válido y quién no lo es para convivir en sociedad entre sus iguales, los seres humanos.
A todos ellos, familiares y profesionales de la educación, les pido con firmeza que dejen de ocultarle sus derechos a las personas con diversidad, que es una absoluta vergüenza encontrarme a 15 jóvenes de más de 18 años con necesidades educativas especiales y que nadie nunca les haya comentado que tienen una normativa que les ampara; que es doloroso y produce un daño irreparable que se machaque su dignidad apartándolos, escondiéndolos y recluyéndonos en guettos; que eso se llama “confinamiento” y que ahora que ya sabemos de qué va la película y nos repatea el hígado no estar voluntariamente con los demás, dejemos de fastidiar sus vidas y de herir su dignidad.
La solución pasa por crear un nuevo modelo educativo que no atienda a premisas obsoletas y discriminatorias que vivimos.
Se llama aprender a convivir.
Se llama ¡Basta ya!
Solo así podremos aprender unos de otros.
No hay mucho más que contar.
Ah sí, ayer desde el colegio público y ordinario al que asiste Luna nos tocó a nosotras diseñar una actividad para que sus compañeros de segundo de primaria la hicieran en casa.
Cuando se nos dan responsabilidades se reconoce nuestra validez y autonomía.
Es justo lo que necesitan las personas con diversidad, sumar en nuestro día a día y que su voz y su forma de hacer sociedad sea visibilizada.
¿Cómo vamos a respetar sus derechos si no les conocemos en su proceso educativo, si diseñamos un camino diferente al nuestro desde que vienen al mundo?
Es absolutamente demencial.

#educacioninclusiva
#todosaldrábien
#yomequedoencasa
#seamosresponsables
#gracias

Ana Robles Anaya y Luna

“Somos personas, y punto. Todas con derechos.”

Ayer nos reunimos para comentar el documental Crip Camp: A Disability Revolution.
El documental me parece altamente recomendable.

A partir del visionado se generó un debate propiciado por Nacho Calderón, aún estoy excitada de lo generado y de las posibilidades que creo que puede generar.
Me emociona entre otras cosas, la energía que percibí, que se generó con el encuentro.
No es que tenga dotes adivinatorias pero me parece que a partir del documental, de este tipo de encuentros y de debates que puedan surgir, creo que puede llevar a algo muy potente, que nos lleve a salir del adormecimiento en el que muchos estamos y a darnos cuenta de la fuerza real que tenemos y lo que juntándonos podemos conseguir.

Ver el documental ya me generó, además de muchas emociones, mucha energía, fuerza y esperanza, con la creencia de que se pueden hacer y cambiar muchas cosas cuando las personas nos unimos con un objetivo.

Para mí el objetivo, aunque sea un poco utópico y muy general, es hacer de este mundo, un lugar mejor del que nos hemos encontrado. Es una idea que también se dice en el documental. Y eso no es objetivo de un colectivo en particular, es un objetivo de toda la humanidad, nos interpela a cualquiera. Al igual que en el campamento, no creo que podamos dividirnos en personas con y sin. Somos personas, y punto. Todas con derechos.

Al ver el documental una de las primeras preguntas que me hice es ¿qué posibilitó que eso se diera en ese momento histórico? Porque ver el documental me llevó a esos años que fueron años de luchas, en España años de clandestinidad y de reuniones, huelgas, encierros ilegales porque no había derecho a hacer ninguna de estas expresiones de agrupamiento, reivindicación y protestas.

¿Por qué en los años 60-70 del siglo pasado hubo tantos movimientos, tantas protestas y luchas que posibilitaron ganar derechos en muchos ámbitos (derechos que, por cierto, hemos ido, y estamos perdiendo con nuestra pasividad)

Alguien comentaba ayer que hoy en día parece que hay personas con la creencia de que lo que tenemos nos lo han regalado, ha caído sin saber de dónde, o que es gracias a que los políticos nos lo han regalado. Pero la realidad es que nadie nos ha regalado nada de lo que tenemos. Los derechos que podemos disfrutar nos los hemos ganado a pulso en luchas, huelgas, encierros y, por qué no decirlo, ha costado vidas que se han perdido en las distintas luchas.

Desde hace unos años parece que estamos aletargados, viendo pasivamente la pérdida de muchos de esos derechos que costaron tanto conquistar. O viendo cómo el derecho está reconocido pero no se respeta impunemente.

Alguien preguntó: ¿Qué es lo que les hacía estar bien en ese campamento?
Y hubo una respuesta que me parece fantástica y tan sencilla: lo mismo que a cualquiera.
Porque no hay dos clases de personas. Dejemos de clasificar y pensar que hay personas que necesitan algo “especial”.
Todo el mundo necesitamos Respeto ,que nos tengan en cuenta, que sintamos que formamos parte.

“Tuve que intentar adaptarme. Tenía que encajar en ese mundo que no estaba ideado para mí” ¿Quién podría sentirse bien en un mundo en el que no se le ha tenido en cuenta.? ¿Como se sentirá cualquiera que siente que se le hace un favor en lugar de tener y ejercer un derecho como el resto?

“Si tengo que dar las gracias por usar baños accesibles, ¿cuándo voy a ser una igual en la comunidad?

Ayer se preguntó en varias ocasiones y por varias personas de las que participaron ¿cómo conseguir implicar a más gente?, ¿cómo propiciar apoyos más allá de las organizaciones de discapacidad, encontrar alianzas con otros colectivos?

¿Cómo unir otras luchas que al final pretenden lo mismo: un mundo mejor?
Se dice en en un momento del documental:
“Estáis tratando de hacer del mundo un lugar mejor y es lo que nosotros queremos, que el mundo sea un lugar mejor para todos, así que si os vais a molestar en quedaros aquí y dormir en el suelo, nos aseguraremos de que estéis alimentados”

Una idea a la que le he dado vueltas en muchas ocasiones es a algo que también se dijo ayer: ¿Qué hizo cambiar a cada uno? Quizá preguntároslo nos ayude a encontrar alguna o algunas claves que sirvieron de germen para provocar ese clic, con la finalidad de poder extender ese cambio en otras personas.

Dice el director del campamento algo así como:
“Nos dimos cuenta de que el problema no eran las personas con discapacidad, sino las personas sin discapacidad alguna. El problema era nuestro, así que nos propusimos cambiar eso.”

Vamos a cambiar eso, porque es nuestro problema y nos incumbe a todos y a todas.

PD.: He escrito estas anotaciones, apuntes algo atropellados, porque no soy capaz de poner en palabras todo lo que ronda por mi cabeza, espero poder ir poniendo en orden mis ideas conforme vayamos aprendiendo de manera colectiva como en el espacio que se genero ayer, que seguro que esto no acaba aquí.

Debate Crip Camp

María José G Corell

El documental Crip Camp se puede ver completo en la plataforma Netflix.