Un sistema que no nos quiere.

No es esto, no es aquello, no hay recursos, es el sistema.
Y se habla del “sistema”, como si se tratara de un ente abstracto, como si se tratara de un fantasma.
Y no, ese sistema, dentro de ese sistema, hay personas. Y estas personas, tienen responsabilidad. Pueden ponerse de lado del opresor, o del lado del oprimido. Pueden ser barrera, o por el contrario pueden convertirse en facilitador. Sus acciones pueden contribuir a la necesaria( y urgente) transformación del sistema. O con su ” mirar para otro lado” y su dejación de funciones pueden ser cómplices de la perpetuación de la discriminación, la desigualdad, la inequidad y aumentar así la vulnerabilidad de los colectivos en situación de desventaja. Pueden acoger, o pueden expulsar. Pueden contribuir al cumplimiento efectivo de derechos humanos fundamentales, o pueden ser cooperadores necesarios para vulnerar grave y sistemáticamente el derecho a la educación.
Pueden, desde los que se encuentran en la punta de la pirámide, hasta los que se sitúan en la base.
Porque dentro de ese sistema está la inspectora de educación que hace la vista gorda. Que se refiere a una alumna de 16 años utilizando la palabra “personita” Está también la asesora de Berritzegune que quiere “medir” la inteligencia y las habilidades adaptativas de una persona( si, una persona) para con ello determinar si esa persona( si, persona) es merecedora de estar incluida en el sistema educativo “ordinario” , o si por el contrario debe ser expulsada de éste y segregada. La misma que no firma un acta que recoge de forma literal lo que se habla en una reunión. Está también el director académico y el profesorado que creen ( y así lo dicen) que una alumna ” estaría mejor en otro sitio. Está la profesora que expresa delante de una alumna que ” en clase son muchos y no la podemos atender”, la que expresa( delante de la alumna) que ” tiene que estar con los suyos”. Está el director académico que llama a la madre para que vaya a recoger a su hija al colegio y que reprocha a la madre( que sabe que es una forma de opresión habitualmente empleada) no acudir a recoger a su hija ” sabiendo que está mal.
Está quien,ocultándose en el anonimato, difama a una familia( a una madre, sola, y lo saben, y se aprovechan) ante el consejo escolar. Está también la orientadora que no se persona en las reuniones de las familias que no tragan con la segregación.
Por fortuna, dentro de ese sistema están también los profesionales que tienen la convicción de que hay que transformalo y que lo expresan con claridad y valentía, que escuchan las voces de los oprimidos y sus familias. Y otros que lo hacen casi a escondidas.
Están los que acuden en masa a las reuniones e intentando dar una apariencia de colaboración, oprimen.
Y en este maremagnum, está también una madre(loca, que no ve la realidad, que no acepta las limitaciones de su hija),que después de tanta opresión, se ve obligada a informar que las reuniones van a ser grabadas. Para no estar tan sola, y para recoger de forma literal en acta todo lo tratado. Actas que no se firman. Y entonces muchos de los que estaban, dejan de estar. Seguramente porque aunque esa misma madre siga acudiendo sola, ya no le ven tan sola.
Los que miran para otro lado ante la soledad en los patios, los que la justifican…
Está la profesora que ignora, la que revisa la mochila, la que expresa que las compañeras de una alumna se sienten violentas por el simple hecho de estar con una persona con discapacidad( en un colegio que dice ser inclusivo), la auxiliar con la bata blanca siguiendo a una alumna, la misma auxiliar con la bata blanca en clase de educación física con una alumna.
Podría seguir hasta el infinito….
Indira ha sido expulsada del sistema educativo. No se ha ido, le han expulsado. Y le han expulsado personas que forman parte de un sistema. Personas que solo ven un camino. El de la segregación, el de la exclusión.
Yo, siento un dolor dificil de explicar con palabras, una tristeza infinita. Pero siento también alivio, porque este año voy a dejar de consumirme para que Indira permanezca en un sistema que quiere prescindir de ella. Voy a hacerlo, por primera vez.
Emprendemos nueva aventura, pero fuera de un sistema que no la quiere.

Noemí Preciado

Noe e Indira

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